martes, 6 de julio de 2010

La Soledad...

Eterna soledad a la que nos acostumbramos poco a poco. Nuestra pequeña isla de esperanza, deseos y pensamientos, donde nos metemos a imaginar un mundo mejor y diferente y una vida distinta a la que tenemos, una burbuja inalcanzable para los demás, aunque se esfuercen en entrar, no pueden, la barrera de la soledad es muy fuerte.
Cada vez estamos más solos en este mundo, unos porque no tienen más remedio, otros...porque, simplemente, preferimos estar solos.
Adoro a la gente que me quiere pero en realidad estoy sola.
Nadie entiende que pasa por mi mente, algunos si pero es porque están leyendo estas palabras, no porque se paran a conocerme.
Odio estar sola. Claro que necesito mi espacio, como todos, pero cada vez mi isla se aleja más y más del mundo real.
Necesito a alguien, a un Ángel, sé que existen en alguna parte, que pueda atar mi isla con una cuerda a la orilla para que no me aleje demasiado y que pueda darme esperanzas para cumplir mis sueños y ser yo fuera de mi mundo interior.
Necesito a un Ángel.

1 comentario:

  1. Mientras esperas a tu ángel, que seguro te llegará, admite la cuerda que te arrima otra náufraga, desde su isla, también en soledad, y así poder tener un vínculo, mediante el que intercambiar sentimientos, y de ese modo no alejarte demasiado de la orilla.

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